10 de enero de 2013

Amor griego

Letras se entrecruzan en el mar de la noche calma y obscura,
el silencio se nubla frente a los pensamientos y sueños que me atribulan,
concepto equivocado el de atribulan, pero: ¿como llamarle a lo que pienso y deseo y no lo tengo?,
no es asunto de dulzura, sino una carga que me pesa,
la cual se transforma en locura.

Letras se entrecruzan en el mar de la noche calma y obscura,
más las palabras que se forman crean una necesidad de piel y cariños que me duelen en el alma,
¿como pudo llegar todo a este mortal extremo de encontrarme amandola como en los siglos esas cartas pasadas?,
¿como pudo llegar todo a este mortal extremo de sentir su aroma por medio del viento fresco, sin siquiera saber a que saben sus besos?.

Loco amor griego,
que tintes de siglo pasado han sido los métodos por los cuales me he enamorado,
sus cicatrices le vienen a bien,
su cabello lo puede traer al revés,
es su esencia la que me conquistó sin saber.

Loco amor griego,
que amas al pasado, más yo aquí me encuentro escribiendo deseando tenerte a mi lado,
amas lo que conoces, más lo que no has vivido lo desconoces,
amas al hombre por el cual suspira tu corazón, más yo aquí afirmando mis prosas bajo la desazón de no poder amarte hasta la mañana del dios sol.

Mi loco amor griego,
he sido paciente y leal,
frente a tal campaña épica monumental,
el amar a la antigua no es fácil de llevar, deseo tus abrazos intensos y esos silencios eternos,
esos mensajes en secreto que se pierden en tu oído izquierdo, mientras toco tu cabello y nos perdemos en esos locos juegos tiernos,
deseo llegar a puerto, para así ya no soñar más despierto.

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