En el norte o el sur, la noche sigue en su mismo fulgor dominador.
Sus brazos de madre dominan las estrellas en su firmamento, acogen y generan sentimientos en cualquier parte sugerente.
En el norte o en el sur, la noche me sigue en su dulce ilusión.
En el manto azul, existe ese algo que me ilusiona y conquista hasta la médula.
Es en ese manto azul en el que recae este humilde sentimiento que emerge desde un corazón sincero.
Es en ese manto azul, en el cual deposito mi ilusión y este más tierno amor jamás vivido por este humilde corazón.
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