En una mesa de cafetería, miro el ventanal con mirada perdida,
En una cafetería, es donde tu voz resuena en lo claro de este momento sin ti mi bella princesa de amanecidas.
En la cafetería, mirando la multitud solitaria que busca su salida,
En esta cafetería, te busco por medio de esta poesía,
Es esta cafetería, la que me permite recordar tus besos y necesitarte hasta la mañana del siguiente día.
En esta mesa siendo las 4 con cincuenta, esta necesidad se acrecienta por esa noche sin tierra,
En este momento sincero, es su corazón que recojo para cantarle en estas letras,
Ahora, ahora, oh ahora mi princesa querida.
Nota: escrito el 11/11/2013
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