Por: David Saavedra Caro
¿Se puede esconder el Sol con un dedo?, ¿Se puede hacer creer situaciones que todos saben que no es así?... sin duda que los hombres dibujan su futuro y trazan sus vidas de acuerdo a sus capacidades y condiciones, sumandoles sus aspiraciones personales y maneras propias de vivir la vida o las llamadas folosofías de vida. El sol si se puede esconder con un dedo por el tiempo que uno quiera, pero ese tiempo, por el hecho de ser tiempo, pasa y ya se convierte en pasado. Lo mismo sucede con aparentar. El aparentar es hacer creer a los demás situaciones en torno a una capa de engaños y promesas incumplidas. Tiene una duración limitada, y termina siendo sobrepasada por el cansancio y fatiga natural, igual como en el proceso de tapar el sol con un dedo, ya sea con el dedo chico o el gordito (meñique o pulgar para los ilustrados), se produce el cansancio y fatiga natural. 
En esa metódica del aparentar, surge el tema de los egos, las ambiciones y todos los sentimientos que el hombre ha desarrollado como propios dentro de su misma evolución, es decir, el querer llegar más lejos puede caer en el vicio capital de la avaricia, o tratando desde la misma vereda, el menosprecio que causa la posición social alcanzada, puede encausarse en una sobervia impulsiva hacia los actos de los demás, la clase restante. 
El oportunismo juega un papel fundamental en la vida de ciertos hombres que la logran desarrollar y practicar, confieso mi oportunismo y el desarrollo que intento alcanzar, sólo espero no superar las barreras y caer en la sobervia u otros vicios capitales deribados de una determinada posición social a la cual me integre a futuro u otros acontecimientos que se destilen en el curso de mi vida. Pero el punto fundamental al tratar este punto del oportunismo se refiere esencialmente, al especial oportunismo que poseen los grandes empleadores de este País, al oportunismo que posee ese poder social que hay en todo estado y cuya voz se agita y resiente con el alzamiento de la Oz y el Martillo. Su fuerza, como clase empoderada por el dinero ve consagrada su acción en el principio de subsidiaridad. Pero también ahí es donde encuentra su limitación. 
Actualmente, el oportunismo se ha apoderado del Estado, y ha dado curso a la especulación. Provocando un hecho que nos resistimos a aceptar, pero en realidad, el único freno lo pone la volatividad. El PODER, es lo que un tipo de gente busca, es lo que sólo unos pocos lo poseen, pero son más los que aceptan los designios que provengan del ejercicio del mismo. Es una teoría social democrática comprobada. Unos obedecen y el resto cumple.
El empoderamiento estatal y económico concentrados en si mismos, es hoy en día una realidad en la cual vivimos. Y aunque se resitan y "traten" de enmendar los actos producidos por UN PRIVADO DISFRAZADO DE PÚBLICO, no calmarán las aguas hasta que la especulación y las utilidades comprometidas sean zangadas y repartidas lo antes posible. Es inverosimil comprender que las participaciones "accionarias" le permitan tener ese PODER. El mercado de valores se remece con los papeles con marca SP hoy en día, estableciendo automaticamente que la teoría de Tarzán fue llevada a cabo con la más absoluta publicidad. 
Y es así como el oportunismo y la avaricia, con un poco de sobervia para condimentar, crean un plato esquisito que se puede saborear y degustar ni nada más ni nada menos que en democracia y por el mismisimo Presidente de la República de Chile, el Sr. Sebastián Piñera Echeñique.
Y es así como el oportunismo y la avaricia, con un poco de sobervia para condimentar, crean un plato esquisito que se puede saborear y degustar ni nada más ni nada menos que en democracia y por el mismisimo Presidente de la República de Chile, el Sr. Sebastián Piñera Echeñique.

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