Ayer sufrí por no poder verte, no poder tocar tus pechos candentes, no poder sentir tu aroma que me ilusiona, no poder decirte al oido: te deseo mi dulce enamorada hermoza.
Ayer sufrí melancolía, por ti mi vida. Callas y no hablas, cuando mi silencio pide a gritos leer tus palabras.
Ayer sufrí como un niño sin su abrigo, la noche fue fría, más fría que nunca, mi silencio era el compás de tu silencio, esperé tus palabras, esperé tu alma, necesité tu cariño, necesite de ti mi alma
Ayer sufrí la distancia, me sentí sólo, no lo oculto, mi mente ya no habla, mi corazón lo calla, quiero besarte hasta arrancarte todo de esa alma, tocar tu cuerpo, charlar hasta la madrugada.
Ayer sufrí porque quiero tenerte conmigo, la reina el rey y el humilde vasallo los quiere en sus tierras, para dar una mejor vida, al primogénito cristiano.
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