La tarde galopa entre las nubes que se asoman,
Segura,
Y sin temores abandona.
Llega la noche sin perder el trote,
El reloj avanza y las nubes solas se apartan.
Agua cae desde el rastro de las nubes que arrasante pasan,
La noche ha llegado ha marcar la pauta,
El reloj avanza y las nubes solas se apartan.
Silenciosa camina y a paso firme llega al sitial escoltada por el agua que cae sin cesar a sus andas,
La noche se posa sin discusión en mi cielo y en mi universo.
Las estrellas no tardan,
Jadeantes,
Superfluas caminantes.
Aun cuando su brillo no se noten por las nubes que caminan arrasantes y el agua amenazante,
Ellas fieles caminantes se colocan en el lugar consignado por Dios,
Para iluminar y embellecer el trasnoche del poeta,
que le canta mientras ella está Sonrrie te o seria.
Desde el centro de la noche aflora la luna taciturna,
Blanca y redonda,
O de otras formas alocadas,
Formas según sean el estado de animo de la noche alucinada.
Alegre o ilusionada y de Media luna algunos hablan,
Triste o abrumada y de menguante la gente habla,
Feliz y enamorada,
llena blanca e iluminada.
Es a ti a quien le dicen noche,
Es a ti a quien canto en esta tarde-noche,
Es a ti por quien este corazón declama estos versos y se ofusca de pasiones,
Es a ti a quien soporto hasta las malas intensiones y aun así escribo esta oda llena de ti,
Oh noche!
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