Cual vil tristeza amedrenta mi conciencia,
No me deja y me tropieza,
Insiste en su carnal idea y alimenta a su inconsistencia,
Ni lo clamores de suplicas enredados en silencios pueden llamar a su presencia,
¿Acaso no lo ve la noche en la cual caen mis deseos?,
Es cruel e inhumano lo que estoy sintiendo,
De tan solo provenir de un mar que no recuerdo,
Se asoma la noche e invade mi corazón con su suave veneno.
Palabras, 
Versos,
Sílabas,
Y deseos que fueran mentira,
Esconderlos bajo la silla y olvidarlos a la deriva.
No puedo.
No quiero.
Desprenderme de estos sentimientos que tan arraigados están aquí dentro.
El fin de esta historia que acumula retos y pasiones sin aventuras,
El fin de que un niño viva hasta que su piel se torne en arrugas y acompañe a su madre cuando llegue la penumbra,
Increíblemente ese sueño se me ha marcado a fuego.
Llamalo como quieras,
Estupidez o locura,
O tan solo un acto de ternura,
Sufro en el silencio,
Aunque no pareciera cierto,
Sufro en el silencio,
Por no estar ahí contigo leyendote estos versos.
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