Sonrisas, palabras, quisiera esas caricias que algún día me prometiste darlas.
La distancia me amarga, me destierra y me aparta, 
sentí el fuego de lo feliz, 
sentí lo infeliz del destierro, la luna que me niega, la mortal que me desecha.
Amedrentas, insultas y me matas,
Lo haces una y otra vez hasta que te cansas.
No me gusta, lo odio con el alma,
Y más aún escribo estas palabras.
Pasó la noche y el alba ya hace su entrada,
Radiante pisa mis sábanas, 
La noche ya acostada se encuentra en los brazos del mar que en el ocaso ya la abraza.
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