El sonido silente clama en la noche creciente,
Estos versos nacen de la inconsciencia manifiesta, del deseo preferente de esta alma desierta,
Nacen de esa fuente natural que se entremezcla con el sueño de tenerla cerca y juntos tocar con las manos las estrellas bajo la luna que acurruca.
Estos versos emergen de ese silencio audible y siniestro, que se niegan a no manifestar sus que haceres bajo el manto de la luna inmadura y encandecente,
Ese sutil encanto amenazante que máquina con sutileza, que dibuja con dulzura, que acelera sus hormonas.
La noche calla y clama,
busca pero no haya,
sufre y se entristece,
Por mi parte solo menciono, que llegará el día algún día en que conocerás a este loco y sentirás todos estos versos llenos de misterios y arrojos, en tu boca, manos y piel.
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